Te sientes como el punto de transición de la tarde a la noche. Para entender ese instante habría que sentir el desgano de haberlo hecho todo. Y lo sientes. Es cuando piensas en tu estructura porque eres como un farol al que le duele el hierro con que fue forjado. Entonces cierras los ojos y te sumerges en ti para buscar la causa de ese estado de ánimo y solo encuentras que nada te satisface ni siquiera la sonrisa. Sin embargo, y lo sabes, no estas de infarto y mucho menos de caída libre al abismo.
INVIERNO INQUIETANTE
Hace 7 horas
2 coment�rios:
Simple tu escrito y con ello tan bello. Un abrazo
Ocaso de Luna
Lo simple por simple a veces dice más de lo que leemos. Gracias por descubrirlo.
Publicar un comentario