Hay ciertos días en los que al abrir los ojos sientes que estás contento a medias. Pues, reír mucho precipita el llanto. Entonces empiezas a hacer lo debido, lo que para ti requiere más concentración, con un poco de distancia. Es importante dejar un hilo de duda en los ojos para sobrevivir a este momento de la historia. Sabes, que todo puede cambiar. Ahora cuentas con la certeza de que existe cierta incertidumbre, como engranaje del caos, que puede hacer de cada instante un cambio repentino de las circunstancias. Es la magia del cambio. Como sí también como no. Aceptas, que el  asombro no admite planes muy rígidos o muy descuidados. Sabes que ciertos días, casi todos,  cualquier hecho puede ocurrir. Ejemplo, que este comentario sea solo un pensamiento fugaz.
A veces prefiero imaginar que no existe para no ne­cesitarla. Pensar que ya no la pienso para que ma­Ã±ana no me duela. Ese es el secreto de que todos los días me enamore más de ella. Es que no espero verla siempre. Incluso, en las horas de la tarde cuando el ocaso es un manto violeta sobre las montañas siento que ya no la siento. Empiezo a no extrañarla. Es de­cir, para encontrarla un poco hay que olvidarla otro tanto. Por eso, la distancia es ella marchándose to­dos los días a mi encuentro.

Así el malestar sea general, te duelan los huesos, la irritabilidad te queme la garganta, soportes una ausencia parecida a un dolor en los huesos y tengas los ojos irritados... Es prudente encender una vela y orar por la calma, el amor y el equilibrio. Siempre hay respuestas Tocad la puerta del corazón y el universo empieza a manifestarte en milagros.