12 diciembre 2018
Por Juan Camilo Betancur E.




No hay nada más triste en este mundo que despertarse la mañana de Navidad y no ser un niño
Erma Bombeck

Este año nació el programa radial Me revientan los adultos como un proyecto de Yoga y Literatura con la primera infancia. Fue una experiencia maravillosa. Durante las emisiones los niños podían ser escuchados por los padres y sentirse importantes y los padres escucharon ciertos argumentos de sus hijos que tal vez ni se imaginaban que pudieran expresar. Lo que empezó como una clase más de literatura se convirtió en un espacio íntimo de conversaciones profundas. Esto dio otra dinámica a las familias y yo, el profesor, me convertí en receptor de estas conversaciones. Por ello agradezco de corazón a estas familias y espero puedan disfrutar en vacaciones este programa sobre navidad, el último de este año.

Además, como regalo para aquellos que les interese la literatura infantil quiero compartirles una historia que apenas conocí en estos días y que me sorprendió. Se trata del libro Cartas de Papá Noel escrito por J. R. R. Tolkien. Es un libro tan fantástico como El señor de los anillos. Incluso más vital porque nace de la recopilación de las cartas y postales que Tolkien les escribió a sus hijos: John, Michael, Christopher y Priscilla, cada navidad, desde 1920 hasta 1943. Esto exigió al escritor sostener un relato por un poco más de dos décadas, sin más recompensa que la de acompañar a sus hijos. 

Luego recopilaron las cartas y los dibujos para editar el libro. Entre sus páginas están las aventuras que Papá Noel les cuenta a los hijos de Tolkien desde el Polo Norte. Había matasellos y dibujos de los personajes. 

En esas cartas aparecen el elfo Ilbereth (secretario de Papá Noel y de elegante caligrafía), Kharu el Oso Polar, el hombre de la luna, el muñeco de nieve, entre otros como los trasgos, los que roban los juguetes y quieren invadir la casa Papá Noel. Es una aventura añeja por los años. Ojala alguien pueda acercarse a ella. 

Evoco este libro para esta navidad porque Tolkien hizo de la literatura un recurso valioso para acompañar a sus hijos. Este evento me toca el corazón y espero que alguno aproveche este tiempo para incentivar la imaginación y pueda acompañar a un niño con una buena historia. 

A continuación les dejo algunas de las postales del libro. Son sencillas y hermosas. Feliz navidad.