El mecánico suspira el sexo de Salome,
el médico imagina la cicuta de Sócrates,
el sacerdote enmudece al desear a Francisco de Asís,
el político espera a Don Quijote con una daga en las manos,
el militar, en las noches, modela ropa interior en el cabaret.

La muerte, en su libreta de apuntes,
registra las inconsecuencias del corazón.