Llevo varios sueños mirándola. Estoy seguro de que es ella la mujer que amo así no pertenezca a su mundo. Cada vez me duele menos no tocar su cuerpo, pues mis manos atraviesan su piel como una ilusión. No sé si me sienta. Pero cada que ella concilia el sueño yo despierto del mío. Al parecer lo nuestro es un imposible, como suelen ser los grandes amores. Lo sé porque desde que lo sueño acudo entusiasta a la cama. No sé si sea una fantasía o me esté enloqueciendo. Pero desde que lo siento, cada que me despierto, mi piel electrizada me genera múltiples escalofríos como si él me hubiera tocado toda la noche.