Juan Camilo Betancur Echeverry nació para las letras. Lo supe desde cuando lo oí hablar por primera vez en alguna clase de literatura o de géneros periodísticos. “Escuché el viento como un rumor eléctrico, como si la luz fuera aire y acariciara mi rostro”, dice ahora, desde la frase final del sexto capítulo de La Sociedad, Florentino, el narrador al que cualquier lector puede verse tentado a identificar con el autor. Esta es su primera novela. Siguiendo una larga tradición, que puede rastrearse hasta la novela de formación alemana de comienzos del siglo XIX, el relato nos sumerge en los años cruciales en los que el personaje principal y sus compañeros de generación afrontan el paso de la niñez a la adolescencia, de los amores filiales a los tortuosos y de la vida inocente al enfrentamiento con un mundo vasto y basto. No uso al azar el verbo sumergir, pues eso es lo que hacemos al adentrarnos en estas páginas: nos sumergimos en el espíritu sabio y un poco atormentado, docto y un poco díscolo, de un hombre que rememora los años inmensos en que el mundo dejó de ser para él y empezó a ser de él. 

En los verbos que los signan pueden diferenciarse el autor y su narrador. Mientras este nos sumerge en su visión del destino, aquel se aventará un día a la conquista del suyo. Sigo sin saber por cuál lado optará este escritor cuando decida no seguir andando por la cuerda floja de su destino, pero tengo la sensación de que no importa mucho; a fin de cuentas, en la literatura o en el delirio, creo que Juan Camilo va a seguir contando historias. Y que valdrá la pena saber de ellas. 

Cesar Alzate Vargas

A continuación un video sobre el libro: El escritor mago. Libro 1: La sociedad. Para que se antoje.