Llegué a la vida con un sol dentro de un jarrón de agua. Luz líquida y contenida. Al crecer el agua se fue evaporando. Sentí el ardor del deseo. Fue el miedo a la soledad el pan de cada día. El amor un astro a años luz de mi corazón. El instante del instante el castillo de naipes para morar hasta viejo. Dios el inverso de las cosas. Se apagó el sol y quedó un olor de agua estancada en el aire. Y el sol, adentro, palpitó por primera vez.
Nací entre cultivos de café. Entre tormentas que asustaron el temple del abuelo. Entre carreteras que llevaban a ninguna parte y recorrí incansablemente. Crecí mirando el cielo porque me aburría el televisor. Era insuficiente su pantalla para mi soledad alada
Amé a mi madre porque fue tierra
a mis primeros versos. Extrañé a mi padre porque fue aire a mis manos. Soy el zumbido de un pueblo insostenible en el tiempo. Soy el viento que arrastra el sol hacia la montaña, el silencio y la quietud de los que ya fueron.
1 coment�rios:
Impresionante. Si no lo hubieses escrito vos, Camilo, diría que era mío.
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