Hace mucho no frecuentaba el bar de Elkin porque bueno, a veces uno de distancia de los lugares asà como de los amigos. Llegué y como siempre pedà una cerveza. En la barra estaba LucÃa, una de las clientes que los fines de semana va sola, casi siempre, pide algunas cervezas y luego se marcha. Algunas veces hemos cruzado un salido. Hasta ahÃ. En la mañana habÃa pensado en ella, cosa extraña porque pocas veces pienso en alguien a quien no frecuento. Sin embargo, ahà estaba al lado de ella sin saber cómo decirle que la habÃa pensado. Ella sonrió como si sintiera que yo querÃa hablarle. Aproveché y me senté cerca. Hablamos de cosas triviales, como por decir cualquier cosa. Ella me dijo que hace unos dÃas me habÃa visto en el supermercado y que no alcanzó a saludarme. SonreÃ. Estaba contento, ambos nos habÃamos pensado. Llevé mi mano a su mano. Ella apretó la mÃa con sus dedos. Luego, en cámara lenta mi boca buscó la suya. Cerré los ojos y sentà la humedad de sus labios. Al abrir los ojos LucÃa sonrió. Me dijo que no se lo esperaba. Le respondà que yo tampoco. Elkin nos invitó a otra cerveza. Cuando cerraron el bar me invitó a su casa. Ella vive sola. Al entrar a su departamento vi que su cama estaba llena de flores. En la habitación habÃa varias velas, que encendió. Cuando quise preguntarle sobre cómo sabÃa que yo... me puso un dedo en la boca y se limitó a decirme que "cuando un amor cae de cielo no pregunta cómo".
BORGES
Hace 2 horas
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