El derecho a estar tranquilo


No porque se nazca con las rodillas raspadas, con la tristeza como una marca indeleble en el alma y por ello se le delegue a los sueños el peso de la soledad. 

No porque se crea que Dios esté tentado a borrar la humanidad poco a poco, de a tajos, porque la humanidad no supo qué hacer con tanta luz. 

 No porque se herede sin escrituras los errores de nuestros padres y maestros que no supieron que hacer con ellos mismos. 

No porque se confunda el amor con el vacío de los cuerpos electrizados por la corriente frenética del miedo a estar solos. 

No todo está perdido. Al menos así lo creo. Nací con el derecho universal de estar tranquilo. Soy el camino a mí mismo. Soy la medida de mi esfuerzo.

2 coment�rios:

escuchando palabras dijo...

que lindo leerte tan armonico...contagiame, jejej feliz miercoles!!! beso

Juan Camilo dijo...

Escuchando palabras

te contagio con una sonrisa.