Me doy algunos golpecitos en el pecho para escuchar el eco, el vacĆo hacĆa adentro, la angustia de repetir los mismos errores. Me autoanalizo ahora que me siento propio y lavo mi ropa los martes en la maƱana.
Como Colombia, con los golpecitos en el pecho, espero a que el caos explote. ConfĆo en el orden supremo de las cosas y surja el tan esperado cambio climĆ”tico que le agrave la porcina a Uribe. De esa forma Uribe aprende a sentirse humano y no Dios. Le falta a Uribe emborracharse, fumarse un porrito, ser pueblo y dejar que otro gobierne.
Curiosamente, por esta Ć©poca, hace 70 aƱos, Hitler invadiĆ³ Polonia. Hao Uribe, jao… que se te agrave la porcina y se te llene de arrepentimiento el estĆ³mago. Los gases serĆ”n el grito de los colombianos sensatos que dicen no a la reelecciĆ³n.
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