San Truffaut de Antioquia

Juan, un turista interesado en el arte visual, viajó a Santa Fe de Antioquia, un pueblo colonial conquistado por el Mariscal Jorge Robledo en 1541, a presenciar entre el 8 y 12 de diciembre la XI versión Festival de Cine y Video de Santa Fe de Antioquia. Lo que más le gustó fue que ese pueblo parece haberse convertido en una fotografía estática donde no pasa el tiempo.

Juan estaba contento porque podía ver películas como: Los 400 golpes (1959), Jules y Jim (1961), La piel suave (1964), Besos robados (1968), El amor en fuga (1979)… del director Fancois Truffaut. Lo interesante es que sus proyecciones, pensaba Juan, aún son vigentes. La magia radica en que sus películas hablan de la condición humana. Es decir, sus emociones. Por algo, en cada film aparece un hombre que revive episodios biográficos, sobre todo de su infancia, preocupado por la búsqueda del padre y por entender a la mujer como un ser tangible y no como un ser de porcelana que se quiebra y no suda.

Juan acudió una conferencia sobre Truffaut. Mientras escuchaba al ponente sintió que era hora de hacer un cortometraje. Olvidó lo que estaba escuchando y visualizó los momentos, que creyó, eran importantes para el corto. Ya tenía el título: Les parents. Quería algo autobiográfico, de su adolescencia, cuando su padre no estaba para decirle que las mujeres no eran creaturas de otro planeta que hablaban otro idioma. Sospechaba que al revivir un episodio de su pasado en una de las calles de Santa Fe de Antioquia podría dar la impresión de que las preocupaciones humanas son atemporales. Por eso, en su posible corto, debía aparecer una pared de estilo colonial, blanca, iluminada por el reflejo amarilloso de un farol. La pared en plano general y con sonido ambiente. De pronto, sin dejar de enfocar la pared, se escucha el taconeo de una mujer y su silueta atraviesa la pared. Cuando cruza, la pared se funde a negro y surge una mujer de perfil, en plano de busto, en una conferencia sobre Truffaut, sentada en una silla plástica con la mirada perdida y los hombros descubiertos. Atrás, de fondo, se ve al director de cine antioqueño, Víctor Gaviria, el hombre que internacionalizó las historias barriales de Medellín, rodeado de un puñado de personas que le ofrecen licor y le piden un autógrafo, una entrevista o una fotografía. Se desenfoca el fondo y en plano de detalle surgen los hombros de la mujer que sigue sentada, con la mirada perdida. Juan, en un primer plano, mira a la mujer y sacude la cabeza. Luego, aparecen sucesivos planos de detalles de pechos, traseros, rostros de mujeres abismadas, hombros y espaldas descubiertas, piernas... Los planos pasan rápidamente durante cinco segundos hasta que después de un fundido a negro aparece el padre de Juan recostado en el pared de estilo colonial, blanca, iluminada por el reflejo del farol, mirando una mujer en tacones, la madre de Juan, y la ve pasar quedándose con el eco de sus tacones martillándole en la cabeza.


9 coment�rios:

Belén dijo...

Hay películas que son muy peligrosas jajajajajaj

Besicos

Humberto Dib dijo...

Muy buen texto, Juan Camilo, una mezcla de guión, fotografía móvil o corto, me encantó.
Esta noche voy a subir algo yo, espero llegar a tu nivel. Es tan buena la competencia sana, tener referentes para no perder el horizonte de qué es buena literatura. Tú eres un referente.
Un gran abrazo.
Humberto.

Nada más importa dijo...

Siempre lográs lo mismo, aunque cada vez me guste más,(lo admito). Me llevás a cualquier lado, y cuando ni me doy cuenta leo algo que me devuelve al lugar del pirncipio y termino sientiendo mil cosas.
Me encanta!

Besos!
(te mandé mail, por lo que me dijiste en tu anterior post)

Juan Camilo dijo...

Belen
Si hay películas de las que hay que cuidarse. Sobre todo las que uno imagina.

Humberto
Gracias por tus palabras. me gusta eso de la competencia sana. Sobre todo porque nunca compito con nadie. Porque siemrpe pierdo. Aunque, admito, también me asustan tus palabras. Un abrazo.

Nada más importa
Un principio, un final, un nudo, una historia... tantas cosas que deberían ser tomadas en cuenta. Me alegra que sientas los textos. De alguna manera me hacen sentir otra vez cosas distintas.

LokCordura dijo...

Medellin tiene ese aire a pasion que te lo pega todo, es hermoso.
Por otra parte, tienes que entender algo! un 99% de las veces escribo sobre terceras personas en mi caso pacientes que atiendo, sobre mi es muy raro que escriba!
Un abrazo

Juan Camilo dijo...

LokCordura
Entendido. Y celebro

Malena dijo...

De la mano de Truffaut o de Gaviria cualquier resultado
es de "10".. Regio, Cami!

Beso enorme y Abrazote inmenso..

Anónimo dijo...

alamaga.blogspot.com

Anónimo dijo...

jajaja cuándo rodamos?