Las calles

Yo fui de los pocos que se quedó en la ciudad. La gente emigró al campo para salvarse de la pandemia y de peligros insospechados. Entonces salí a buscar provisiones. Las calles desiertas, silenciosas y sin transeúntes. De pronto, entre las sombras escuché murmullos de personas que no veía. Al tiempo las ratas gigantes se asomaron. Empecé a temer por mi vida y cuando estaba dispuesto a huir en cualquier dirección la vi a ella envuelta en una capa negra. Su palidez casi alumbraba y contrastaba con el cabello. Accedí a tomar su mano para salvarme. Caminamos juntos por calles que ya no conocía, calles que se despintaban del paisaje, calles que conducían a un futuro incierto. Ahora, mi palidez es igual a la de ella.

4 coment�rios:

Nada más importa dijo...

Por lo que interpreto estamos en la misma situación.
La misma espera, el mismo silencio que no solo se encuentra afuera, sino que también, conforme transcurre el tiempo, brota desde lo mas profundo de las casas..y hasta de los seres mismos.
Espero no encontrarla cuando sea mi turno de hacer las compras.

Ojala estés bien.

Recomenzar dijo...

Me ha encantado lo que leí feliz dia desde Miam

Juan Camilo dijo...

Nada más importa
Gracias por tus palabras, hace mucho que no sé nada de ti. Bueno, espero que estés bien y te dejo un fuerte abrazo.

Recomenzar
Gracias por el comentario, espero volver a verte por este espacio.

عبده العمراوى dijo...
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