La tregua



A penas se decretó la pandemia su familia se hospedó en su casa. Nunca antes había tenido que estar las 24 horas del día, con sus dos hijos y sus cuatro nietos. Al principio era lindo porque se podía compartir con los niños. Pero después de unos días esa alegría fue mutando a una ofuscación en el ánimo ya que persistía en la casa un ruido constante que empezó a desesperarlo y hacerlo necesitar un poco de soledad, de silencio y sobre todo del verde de la naturaleza. Pero debido a su edad, sus hijos y nietos lo sobreprotegían y no lo dejaban salir de casa. Incluso cuando se asomaba al balcón para respirar debía utilizar tapabocas porque ese virus del covid19 podía sostenerse en el aire unos minutos para visualizar mejor la víctima, preferiblemente un anciano bonachón como él, al que todos querían. Podía vivir con esos afectos con la distancia prudente, pero los niños no entienden del espacio individual y de que a cierta edad se necesita de espacios de silencio para descansar. A los niños solo les interesa jugar y ven la vida como un desafío donde cada día se cambia las reglas del juego. Entonces el abuelo para conservar su espacio individual a salvo de sus nietos, esos niños silvestres que al despertarse gritaban su nombre como una declaración de guerra de brazos abiertos y besos chillones, empezó a utilizar un bastón, así no lo necesitara, de cuando tenía un problema en la rodilla. Los nietos se acercaron, conservando cierta distancia, y alzaron sus espadas imaginarias, hicieron piruetas asombrosas y le dibujaron sonrisas al anciano hasta que el bastón se convirtió en una lanza poderosa para quitar las telas de araña del techo.

4 coment�rios:

elpedrete dijo...

Una historia muy cotidiana la que nos cuentas. Esperemos que pronto pase a ser simplemente un mal recuerdo

Yo también participo en el concurso de Zenda con una de mis historias:

https://elpedrete2.blogspot.com/2020/05/zenda-el-ritual.html

Suerte.

عبده العمراوى dijo...
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hanna dijo...

Buen texto, lástima que es una historia real.. abrazo.

Juan Camilo dijo...

Elpedrete
Si es una situación difícil la que vivimos.

Hanna
Bueno, es ficción, aunque parece muy real