La defensa del ritmo interior


El ritmo, ese misterioso movimiento del espíritu que define una personalidad, que no se sabe muy bien de dónde viene y a qué se debe, lo atraviesa todo en la vida. Por eso, aquel que encuentra su ritmo puede moverse con naturalidad en cualquier espacio. 

Descubrís entonces que tu ritmo es lento, discreto y un poco torpe, pero muy juguetón. Por eso tu ritmo no sabe de horarios de oficina o largas jornadas laborales y te obliga ir un poco atrás de todos los procesos normales. Es decir, más que eficiente eres suficiente. Más que ser el primero en todo prefieres llegar de segundo o tercero para evitar la zancadilla o las trampas de aquellos que anhelan correr en todo sin pensar en las pausas. ¿Cuántas veces te detienes a oler una flor? ¿Alguna vez te has detenido a mirar el cielo? ¿Algún día has tenido el valor de caminar con la determinación de respirar y nada más que respirar? 

Encontrar el ritmo propio es encontrar un antídoto a la adversidad que acecha en todas las esquinas. Por ejemplo: meses sin salario y sin copas de vino. Meses sin vergüenza al aceptar la ayuda de las mujeres que te quieren para financiarte el arriendo de la casa en que vives porque creen en la novela que escribes. Meses encarando la inutilidad hasta cansarte y dejarte caer en sus brazos. Meses en silencio tragándote las palabras con rocas amarradas para que se queden en el intestino fermentándose. Meses entre los campesinos cosechando tus versos. Meses cuidando tus versos del verano. Meses viviendo modestamente, entre flores y atardeceres. Meses de abstinencia, de olvido, de renuncia, de soledad, de locura, de torpeza... meses de ritmo.

3 coment�rios:

Emilia Gutiérrez dijo...

Nunca me olvido cuando leí el reportaje donde una mujer que era muy hermosa dijo: LA belleza es un ritmo interior. Saludos.

Anónimo dijo...

Mi ritmo es tan acelerado, que estoy segura que un día me daré la cara contra algo... un placer leerte Juan.
Te dejo un fuerte abrazo, bonito fin de semana!

Juan Camilo dijo...

Emilie
Bella esa frase. Gracias por compartirla.

Cristina
Los ritmos dicen más de uno de lo que a veces imagina. Un abrazo.