La ciudad dormitorio, una fotografĂ­a de los 90


Entre nubes los recuerdos y entre los recuerdos la nostalgia de mirar los dĂ­as pasados a puertas cerradas. En las noches las casas estaban cerradas por miedo a los ladrones que se incrementaron con el racionamiento de energĂ­a. Esto hizo que muchos cerráramos las casas con llave. Las calles estaban desoladas y las personas en sus casas. Éramos los citadinos de la cuidad-dormitorio, algunos con vestigios de los aburraes, otros con genes judĂ­os y vascos, pero la mayorĂ­a encerrados en casa para evitar el encuentro con hampones que tenĂ­an un arma y decĂ­an: “cuidado mañiño con abrir la puerta de la casa”, “pilas parcero se le meten por la ventana y le roban el televisor que con tanto sacrificio comprĂł la cucha”, “no confĂ­e en nadie porque le hacen la farisea y lo convierten en muñeco…”. Las casas cerradas de la ciudad que naciĂł en Guayaquil y que intentaba ignorar desde el solar cuando miraba las nubes.

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