Entre nubes los recuerdos y entre los recuerdos la nostalgia de mirar los dĂas pasados a puertas cerradas. En las noches las casas estaban cerradas por miedo a los ladrones que se incrementaron con el racionamiento de energĂa. Esto hizo que muchos cerráramos las casas con llave. Las calles estaban desoladas y las personas en sus casas. Éramos los citadinos de la cuidad-dormitorio, algunos con vestigios de los aburraes, otros con genes judĂos y vascos, pero la mayorĂa encerrados en casa para evitar el encuentro con hampones que tenĂan un arma y decĂan: “cuidado mañiño con abrir la puerta de la casa”, “pilas parcero se le meten por la ventana y le roban el televisor que con tanto sacrificio comprĂł la cucha”, “no confĂe en nadie porque le hacen la farisea y lo convierten en muñeco…”. Las casas cerradas de la ciudad que naciĂł en Guayaquil y que intentaba ignorar desde el solar cuando miraba las nubes.
0 coment�rios:
Publicar un comentario