Llevo muchos años intentando comprenderla. Siento que cada que sale de la casa se va para siempre y llega otra a quien desconozco. Aunque hay ciertas cosas que no cambian como la manÃa de parlotear por los mismos asuntos.
Hay dÃas, cuando vamos de paseo, en los que no soporto que guarde en mi bolso un montón de frasquitos. Dice que cada cosa sirve para algo: pestañas, párpados, labios… En ese momento imagino que aparece un ratón y ella salta y grita y se olvida de tanta indumentaria.
Cada que ve un niño en la calle quiere llevarlo a casa. Lo mismo con los gatos y los perros. Si no fuera porque el apartamento es pequeño vivirÃamos en un zoológico.
En las noches se ducha y antes de dormirse le gusta que la abracen y le acaricien el cabello. Luego me pide que le lea un poema o un cuento. Va cerrando los ojos hasta quedarse dormida. Antes de apagar las luces me desnudo y me meto entre las cobijas. Un aroma a jabón de baño y jazmÃn me produce escalofrÃo. Voy cerrando los ojos e imagino que entro a un lago calientito que me reconforta y satisface.
2 coment�rios:
Enternecedor tu texto, me ha encantado.
Un beso.
MarÃa
gracias por tu comentario
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