Entre tazas de café



Aprovecho ahora que estamos aquí sentados, en esta mañana fría, con estas dos tazas de café para hacerte un pregunta. Si, dime. Resulta que hace unos días discutí fuerte con mi compañera hasta el punto de romper definitivamente; ya sabes como somos de débiles los hombres que solo acudimos al orgullo para defendernos, por eso había decidido marcharme al día siguiente. Si, y qué pasó luego. Bueno, ya lo imaginas, también te ha pasado, pues cada ruptura es un cambio interno del que uno cree no se va a reponer fácil, así que di vueltas en la cama hasta que en la madruga apareció ella y… Entiendo, se te pasó para el sofá. Si y estaba desnuda sobre mí y no pude resistirme a sus caricias... Perdona te interrumpo y si soy muy franco, pero creo te faltó carácter para decirle que no y ponerla en su lugar para que respetara tu decisión. No creo que sea así, tal vez, también puede que sea yo el que busque los problemas para… Como sea, me parece que tu mujer ha descubierto tu lado débil y como la mía, en su insondable misterio, entiende el no –tal vez en su acepción más acertada- como una invitación a hurgar bajo la bragueta.

4 coment�rios:

Antonio Porpetta dijo...

Gracias, Juan Camilo, por su cordial comentario. Me interesa mucho su blog. Y el pequeño texto que incluye en sus "Datos personales" me parece, sencillamente, antológico y de una altura poética y humana más que notable.
Amo a su tierra, que he visitado con mi poesía en dos ocasiones.
Un gran abrazo desde Madrid.

RChS dijo...

No es porque entiende el no como una invitacion a hurgar bajo la bragueta, sino un reto. Desafiarlo se convierte en la mejor de las invitaciones.

Saludos

Humberto Dib dijo...

Muchas/os utilizan esa estrategia, creo que no hay límites para intentar mantener la llama siempre encendida.
Buen diálogo.
Un abrazo.
HD

Juan Camilo dijo...

Antonio Porpetta
Gracias por sus palabras, espero que podamos establecer una comunicación donde logremos hablar de otras cosas.

RChS
Es cierto, el reto es contraponer al no otro no y no mas no es un si contundente.

Humberto
No hay limites para encender la llama, incluso, hasta que no se queman los dedos se siente que el fuego es de mentiritas.