Me revientan los adultos: DIOS

24 agosto 2018
Por Juan Camilo Betancur E.


Si Dios no es amor, no vale la pena que exista.

Henry Miller


El concepto de Dios (del latín: Deus, brillo, resplandor) referencia una deidad suprema que creó el universo. Es el nombre, sí es que se puede nombrar, de un ser omnipotente, omnipresente, omnisciente, omnibenevolente, de naturaleza incorpórea. Además cuenta con grandes atributos otorgados en los textos judíos, cristianos, krisnas, musulmanes… como el creador del universo, el principio incondicionado que explica la existencia de todo, el ser supremo, infinito y perfecto.


Igual las diferentes formas de nombrarlo: Dios, Adonai, Él, Shalom, Elohim, Elyon, Yah, El Roi, Jehová, Infinito-Infinito, Altísimo, Alá, entre otros. Es muy amplio el misterio e imposible de abordar en una entrada para un blog como estos, que no especializa en nada. Por ello, mi palabra será igual a la de muchos que están llenos de teorías viciadas por el dogma y la rigidez de una imagen gastada por el fanatismo y las religiones. Y el fanatismo, sea cual sea el ámbito que se manifieste, es arbitrario, de una sabiduría sorda que no admite ser debatido. 

Pero con los niños es distinto. Ellos hablan de forma repentina, sin pensar en la intención desgastante de agradarle al otro, al menos conmigo, pues son participes de mis preocupaciones. Y bueno, yo también de las suyas. La idea es escucharlos y que me escuchen. Entonces cuando sienten que son tomados en cuenta por un adulto hablan como si lo hicieran con un amigo. O caso ¿por qué se habla distinto con los papás y con los amigos? ¿Por qué para muchos hijos, la mayoría, sus papás no son amigos? Tal vez porque los padres se han hecho expertos en dirigir la vida de sus hijos cuando les piden informes diarios de cómo les fue en el colegio. Es decir, piden información sin involucrar a sus hijos en sus vidas. Entonces se pierden ese mundo fantástico de los niños que manifiestan con sus palabras, las que utilizan para entender el mundo, tanto interior como el circundante. Y cuando un niño se siente útil y participe en la vida de un adulto puede opinar sobre temas tan inquietantes como Dios y el misterio del universo. Al menos así lo considero.

Para realizar estos micro-programas de radio, la idea es generar un ambiente de confianza que se logra con ejercicios como meditaciones cortas, lecturas de cuento, dibujos o figuras de origami. Con estos ejercicios los niños, en el momento de conversar, interpretan el mundo, desde su desarrollo cognitivo. Este desarrollo cognitivo según Jean Piaget tiene cuatro etapas: la sensomotriz (0 a 2 años), la preoperacional (2 a 7 años), la de operaciones concretas (7 a 12 años) y la de operaciones formales (desde los 12 años hasta la vida adulta). Por medio de estas etapas el niño logra entender el mundo que habita. 

En la primera etapa el niño articula frases simples; en la segunda, el niño se pone en el lugar del otro, hace juegos de rol y según Piaget también habla de lo que se conoce como “pensamiento mágico” que surge de asociaciones simples y arbitrarias que el niño hace cuando intenta entender cómo funciona el mundo; en la tercera etapa el niño empieza a usar la lógica para llegar a conclusiones válidas y puede categorizar aspectos de la realidad de una forma mucho más compleja; en la cuarta el niño tiene la capacidad para utilizar una lógica que le permite llegar a conclusiones abstractas que no están ligadas a casos concretos. 

Bueno, nombro estas etapas para mirar, muy por encima, como cada conversación que se va subiendo a este blog parte de los fascinantes argumentos de los niños y como estos argumentos están mediados según su desarrollo cognitivo. Espero que esa entrada sobre Dios sea de su agrado amable lector y que sí crees que se puede compartir esta experiencia, bueno, sería muy grato que las voces de estos niños tocaran la mayor cantidad de corazones posibles.


2 coment�rios:

Unknown dijo...

Camilo, cómo siempre, tus escritos tan especialmente humanos, me fascinan!

Juan Camilo dijo...

Muchas gracias por el comentario