La noche olÃa a mermelada de guayaba, a leche en nata, a te quiero desnuda hasta que amanezca. La miraba y querÃa estar dentro suyo y sentir su humedad. Ella me miraba y querÃa que yo estuviera dentro.
- Florentino a que no eres capaz de estar dentro mÃo y acompañarme hasta la cocina, como un solo ser, y volver a la cama con un vaso de agua.
- Ehhh… no sé… ehhh… interesante… ehhh… podemos intentarlo… ehhh… pero… ehhh… no respondo si de pronto… ehhh… tu sabes… salimos de la casa y como un ser mitológico patrullamos la noche…
Ella en posición de montaña, sin doblar las rodillas y con las puntas de las manos en el suelo, dirigÃa la marcha. Yo, unido a ella, erguido, respirando lento, intentaba coordinar mis pasos con los suyos. Salimos de la habitación. Llegamos a un pasillo y nos desplazamos como un mamÃfero desconocido por la ciencia. Nuestros pasos amortiguaban la respiración y las ganas de correr como niños asustados de tanta alegrÃa. Llegamos a la cocina, ella lentamente se incorporó, abrió la nevera y sirvió un vaso de agua. Bebimos, nos besamos y sentimos que podÃamos estar asà tiempo indefinido.
- Florentino te siento estómago arriba, que tal si caminamos hasta el patio y miramos la luna llena.
- Esta bien Lucrecia. Vamos hasta más allá del patio e intentamos atrapar una que otra estrella.
Continuamos hasta el patio. Atrás quedaba un ruido de madera seca, un olor a incienso de pino, a animal recién bañado, a noche sin limites, a amor envuelto en suspiros y a centauro que cazaba estrellas.
4 coment�rios:
Crearon un monstruo, qué bonito.
No, no, no crearon un monstruo, crearon al más bello ser...
Qué difÃcil cuando nos piden esas "rarezas", pero qué felices nos sentimos luego de haber aceptado.
Te dejo un gran abrazo, amigo mÃo.
Humberto.
que increible adoro tu imaginacion que me invita a la realidad, un beso
X
El mas bellos de los mostruos
Humberto
Recibo tus abrazos y los guardo en mi caja fuerte
Lokcordura
gracias`por tus palabras
Publicar un comentario