Las pautas del encuentro


- Maestro ya he aprendido a dominar los impulsos, no me dejo llevar por el placer si antes no está involucrado el corazón. Eso está claro. Por ello cuando María llegó me dejé encontrar y el hecho de que ella tomara la iniciativa permitió conocerla más. Admito que con los días era más difícil contenerme y sufría por no abrazarla y robarle un beso. Todo en ella me gusta. A lo último fue dolor verla. Por tal motivo viene a pedirte consejo. Recuerdo que me dijiste que ya estaba listo para iniciar el cortejo. Entonces le dije que estaba enamorado y ella sonrió y me dijo que prefería estar sola, que no deseaba en este momento iniciar ninguna relación. Por eso he vuelto. No entiendo que he hecho mal.

-Martín lo que debes aprender es a dominar la fuerza del entusiasmo.  Pero no hiciste nada de lo que te debas arrepentir. Nombraste tu deseo desde lo más intimo de tu corazón. Lugar donde se establece la comunicación con el cielo. Ahora el trabajo es esperar. La fuerza del espíritu está en permanecer quieto. Pues lo que se ha nombrado es ya una realidad. El destino se cumple a pesar de nosotros. Debes aprender a dejar que lo que te ata se marche para que no seas esclavo de tus deseos. Cuando aprendas a disfrutar sin apegos nada te hará falta. 

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