De un agujero salió un escorpión furibundo dispuesto a atacar lo que se le atravesara. En ese momento empezó a llover y el arácnido quiso, con su aguijón, inyectarle el veneno a las gotas. Luchó hasta que cegado por la furia se enterró el aguijón asà mismo. Se fue quedando quieto, producto del veneno, al instante escampó. Un aguilucho que observó todo desde un árbol seco, estiró sus alas y se dirigió hacÃa el escorpión. Con el pico lo abrió en dos y en la mitad del arácnido encontró un polluelo, diminuto, de águila real. El aguilucho lo tomó en una de sus patas y lo llevó a un lugar seguro, con los suyos, donde pueda emplumar y adquirir su verdadero poder y enseñarles a transitar sin miedo la muerte.
LOS GALLINAS
Hace 23 horas
3 coment�rios:
Bonito micro, amigo Juan Camilo.
Un beso.
Cami Gracias por escribir-te, no se que fue, pero esta historia me enterró el aguijón, tendré que abrir-me mar adentro para dejar volar este polluelo..
Maria
Gracias por su comentario y por su constante visita, es como el viento.
Nancy
Me alegro mucho que te toque el micro. pues me toca a mà también. un abrazo fraterno.
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